Política
Superando la Polarización: Camino a la Unidad en Costa Rica
RESUMEN
La polarización política en Costa Rica no es un fenómeno aislado, sino una consecuencia de desigualdades, desinformación y prioridades mal orientadas. En lugar de caer en debates emocionales o simbólicos, es momento de replantear el enfoque en la Asamblea Legislativa y el liderazgo político: menos control político, más proyectos de impacto real. Reducir la carga emocional, priorizar temas estratégicos y actuar con empatía no solo mitigan tensiones, sino que acercan soluciones reales. ¿Estamos dispuestos como ciudadanos y líderes a elegir el bien común sobre intereses cortoplacistas?La semana pasada participé en un conversatorio del Harvard Business Review impartido por Karthik Ramanna, basado en su libro “The Age of Outrage: How to Lead in a Polarized World” (La Era de la Indignación: Cómo Liderar en un Mundo Polarizado). Aunque no he leído el libro todavía, las ideas compartidas por el autor resonaron con la realidad que vive Costa Rica y gran parte del mundo civilizado. En esta ALA LIBERAL pretendo esbozar cómo podemos aplicar estos conceptos para afrontar la creciente polarización política en el país.
Nos encontramos a pocos días de cerrar el año y la neblina electoral ya se empieza a vislumbrar. El próximo año estará marcado por un clima político aún más tenso, alimentado por la polarización que caracteriza nuestra vida pública.
La distancia entre los partidos tradicionales y los nuevos movimientos antisistema no solo ha aumentado, sino que también ha derivado en una preocupante apatía hacia la democracia.
Según el último informe del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), Costa Rica enfrenta una pérdida de confianza en sus instituciones democráticas. Este desencanto no es casualidad; es un síntoma de la desconexión entre la clase política y la ciudadanía.
Hoy quiero centrar mi atención en la Asamblea Legislativa, por tres razones fundamentales:
- Es el órgano de representación política por excelencia; su denominación como el “primer poder de la República” no es fortuita.
- Es la institución peor valorada por todos los costarricenses.
- Mi experiencia personal como exdiputado me permite identificar tanto sus virtudes como sus falencias. En mi opinión, gran parte de la polarización actual se origina en una actitud inmadura y electoralista de muchos legisladores. Los partidos tradicionales han priorizado sus agendas municipales sobre los proyectos país de largo plazo, perdiendo de vista el bien común.
A continuación, propongo un marco de acción basado en las ideas de Ramanna para mitigar la polarización y fomentar un diálogo constructivo en Costa Rica.
1. Reducir la intensidad emocional
Uno de los principales obstáculos para el diálogo en Costa Rica es la alta carga emocional que acompaña los debates políticos. Basta observar las sesiones de comisiones legislativas investigativas, donde los desacuerdos se transforman rápidamente en ataques personales. Estas dinámicas no sólo erosionan la confianza entre actores políticos, sino que también alejan a la ciudadanía de los procesos democráticos.
¿Cómo abordar esto?
- Crear espacios neutrales: Promover el diálogo en entornos que reduzcan la confrontación, como mesas redondas organizadas por universidades (públicas o privadas) o cámaras empresariales. La intervención de estos actores podría brindar un ambiente técnico, de seriedad, donde la politiquería se quede afuera de la puerta.
- Practicar la atención plena: Antes de abordar temas controversiales, es útil tomar un momento para reflexionar y gestionar emociones. Los líderes políticos deberían recibir formación en inteligencia emocional para reducir el riesgo de reacciones impulsivas.
Reducir la intensidad emocional es un primer paso para crear un ambiente más propicio para el entendimiento mutuo.
2. Comprender las causas raíz
No podemos resolver la polarización sin entender qué la origina. En el caso costarricense, tres factores destacan:
- Desigualdad económica: La brecha entre la región central del país y la periferia alimenta el resentimiento hacia la clase política. Un ejemplo claro es el malestar en las zonas costeras, donde el desempleo y la falta de inversión han dejado a comunidades enteras sin opciones de desarrollo. Los partidos políticos por décadas solo vuelven a ver a estas comunidades con fines electorales. No debe extrañar que estén, en buen tico, cabreados.
- Desinformación: Las redes sociales amplifican discursos polarizadores. La reciente controversia sobre la ayuda humanitaria que el hermano pueblo de El Salvador prestó a Costa Rica es un ejemplo claro de esto.
- Contexto histórico: Los traumas de eventos pasados, como la crisis fiscal de los años ochenta, la crisis del 2008 y la Pandemia continúan influyendo en las percepciones actuales sobre la responsabilidad estatal y la intervención en la economía. Ya es hora de tener un Estado que intervenga menos, que gestione mejor el gasto y que se centre en las cosas que realmente debe hacer.
Entender estas causas raíz no solo permite diseñar mejores soluciones, sino que también ayuda a desactivar narrativas que perpetúan la división.
3. Decidir Dónde Involucrarse
En un contexto de recursos limitados, es crucial priorizar los esfuerzos.
- Identificar temas clave: Enfocarse en asuntos que impactan directamente la calidad de vida de la población, como el costo de la vida, la seguridad ciudadana y la educación. Hay muchos temas importantes por discutir en nuestro país y tener conciencia de eso permitiría, por ejemplo, finalmente plantear proyectos trascendentes de reforma constitucional que desgraciadamente solo se conocen un día a la semana en la Asamblea Legislativa. Sueño con el día que podamos avanzar con estos proyectos en lugar de escuchar una -esteril y vacía- hora de control político que muchas veces solo sirve para alimentar el fuego de la polarización. Ya es hora de dejar de declarar beneméritos o crear símbolos patrios, por favor.
- Establecer límites claros: Saber cuándo retirarse de un debate improductivo es esencial. En la Asamblea Legislativa, hemos visto cómo ciertos temas se estancan en discusiones interminables, desviando recursos de prioridades urgentes.
Seleccionar estratégicamente dónde intervenir permite maximizar el impacto en la reducción de la polarización.
4. Actuar de Manera Reflexiva
Para abordar la polarización, es necesario actuar con estrategia y empatía.
- Colaborar a través de las divisiones: Proyectos como la apertura del mercado eléctrico, que requiere coordinación entre sectores privados, públicos y comunitario, son un ejemplo de cómo los intereses compartidos deberían superar diferencias ideológicas.
- Comunicar con claridad: Un lenguaje claro, que trascienda los dogmas modernos de una inclusión forzada y que sea libre de confrontaciones, ayuda a evitar la polarización del discurso.
- Liderar con el ejemplo: Los líderes, sobre todo los cincuenta y siete que se sientan en el Plenario, deben demostrar con sus acciones el tipo de conducta que esperan de otros. Esto incluye asumir la responsabilidad por errores, actuar con seriedad, apoyarse en datos y fomentar la rendición de cuentas.
Actuar con reflexión contribuye a construir confianza y a modelar un comportamiento que promueva el diálogo.
5. Construir resiliencia continua
Finalmente, superar la polarización es un esfuerzo a largo plazo que requiere resiliencia.
- Desarrollar redes de apoyo: Es innegable la importancia de alianzas intersectoriales para abordar problemas complejos, como la estructura fiscal, la inseguridad y el desarrollo sostenible.
- Aprendizaje continuo: La formación constante en temas como la gobernanza y el manejo de crisis es esencial para mantenerse relevante y eficaz.
- Cuidado personal: La política puede ser agotadora. Tomarse el tiempo para recargar energías asegura una participación más sostenida y efectiva.
Fortalecer la resiliencia individual y colectiva es clave para afrontar los desafíos que presenta la polarización.
Avanzando Juntos
Abordar la polarización política es un desafío complejo, pero no imposible. Requiere un esfuerzo consciente y colectivo para priorizar el diálogo, la empatía y el bien común.
Como ciudadanos, debemos exigir más de nuestros líderes, pero también estar dispuestos a hacer nuestra parte. La democracia costarricense ha superado crisis antes; esta no será la excepción si actuamos con decisión y propósito.
Al final, el éxito de este esfuerzo dependerá de nuestra capacidad para encontrar puntos de encuentro y recordar que, a pesar de nuestras diferencias, todos compartimos el deseo de un futuro mejor para Costa Rica.
Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor y no representan necesariamente la postura oficial de Primera Línea. Nuestro medio se caracteriza por ser independiente y valorar las diversas perspectivas, fomentando la pluralidad de ideas entre nuestros lectores.
Política
Primera Línea: Contracorriente
RESUMEN
La verdadera fuerza de un país no radica en el tamaño de su gobierno, sino en su capacidad para fomentar la autonomía y el esfuerzo colectivo. Cuando defendemos la libertad individual, no solo protegemos derechos, sino que abrimos caminos para que cada persona pueda alcanzar su máximo potencial sin obstáculos innecesarios.Ir contra la corriente no suele ser lo más popular, sobre todo cuando implica decir lo que se piensa. En un entorno costarricense donde el conformismo y las soluciones fáciles parecen ser la norma, se requiere un esfuerzo constante para exponer lo que es necesario debatir, y no simplemente lo que la gente quiere escuchar.
Diagnósticos no bastan, se necesitan soluciones
El problema no radica en la falta de recursos ni en el tamaño del gobierno, sino en la ausencia de una visión estructural que comprenda que la libertad y la responsabilidad individual son las verdaderas bases del progreso. Primera Línea nació con esa convicción y creció como un movimiento ciudadano con un propósito claro: proponer soluciones reales a los problemas crónicos de Costa Rica.
Hoy, la denuncia no es suficiente. Costa Rica está llena de diagnósticos, pero vacía de propuestas concretas.
Por eso, Primera Línea combina dos instrumentos principales: un medio digital, que visibiliza los problemas, y el Observatorio de Datos, que fundamenta las propuestas con análisis rigurosos y datos. El objetivo no es indignarse sin más, sino presentar alternativas y demostrar que hay valores fundamentales que no deben negociarse.
La libertad individual: un camino cuesta arriba
Hablar de libertad individual en un país que tiende a valorar la expansión estatal es nadar contra la corriente. Es más cómodo vender la idea de que el gobierno puede resolverlo todo, pero ese enfoque supone renunciar al poder de la autonomía. Cada vez que le entregamos al gobierno la responsabilidad de nuestro bienestar, sacrificamos algo más que independencia: sacrificamos dignidad.
Costa Rica no saldrá de sus problemas aumentando el tamaño del gobierno o limitando aún más las libertades de los ciudadanos. El progreso se construye desde el esfuerzo propio, la colaboración voluntaria y el respeto a la iniciativa personal.
El problema no es ideológico ni se limita a un gobierno específico; es el conformismo y la burocracia que impiden que el sistema funcione para todos.
Porque cuando un gobierno crece desproporcionadamente, lo que se pierde es más que eficiencia: se pierde la posibilidad de soñar y de construir sin miedo. Liderar un foro de ideas tiene sus retos y tentaciones: adoptar los temas de moda, suavizar el mensaje o seguir la narrativa dominante. Primera Línea rechaza esas tentaciones.
Cada artículo, publicación o dato expuesto busca sembrar semillas de cambio, con claridad y contundencia. La realidad puede doler, pero es necesario enfrentarla antes de reformarla.
Costa Rica necesita recuperar la confianza en el esfuerzo propio. El futuro depende de que las personas puedan soñar y construir sin miedo a que una política arbitraria o un reglamento innecesario las frene.
No sabemos si alguna vez veremos a Costa Rica alcanzar ese ideal, pero eso no significa que vamos a dejar de intentarlo. El desafío es grande, pero las transformaciones reales se logran con las manos de muchos. Primera Línea continuará nadando contra la corriente porque el objetivo final es claro: un país donde cada persona pueda decir con orgullo: “Esto lo logramos juntos.”
Si este mensaje resonó en usted, lo invitamos a unirse a este movimiento, compartiendo nuestra visión o colaborando como voluntario o patrocinador. Porque aquí, en Primera Línea, se vale soñar en grande.
Política
Chambonadas 2024: Cuando el despilfarro no tiene consecuencias
RESUMEN
La gestión ineficiente en las instituciones públicas afecta directamente áreas clave como salud, educación y seguridad, desperdiciando recursos que podrían resolver problemas urgentes. Para avanzar hacia un país más justo y funcional, es crucial exigir mayor transparencia, planificación y rendición de cuentas en la administración de los bienes públicos.En Costa Rica, los “errores” en las instituciones públicas no son simples accidentes aislados. Representan un problema estructural que impacta directamente el bienestar de la ciudadanía y el desarrollo del país. Cada decisión mal tomada no solo significa el desperdicio de recursos, sino también un profundo perjuicio para nuestra calidad de vida y nuestro futuro colectivo.
Estas chambonadas no son simples equivocaciones.
Son la punta de un iceberg formado por mala planificación, negligencia y, sobre todo, un sistema que premia a quienes logran ocultarse tras una maraña de trámites. Más allá del escándalo momentáneo, las consecuencias las pagamos todos: menos servicios, más impuestos y un país que, en lugar de avanzar, retrocede.
En Primera Línea, entendemos que estas situaciones no ocurren por casualidad. Son el reflejo de un sistema que carece de controles efectivos, donde las responsabilidades se diluyen y la transparencia sigue siendo una asignatura pendiente. Por eso, hemos creado Chambonadas 2024, un espacio para visibilizar estos casos que no solo generan indignación, sino que también le cuestan millones al país.
Nuestro objetivo es claro: informar a la ciudadanía sobre cómo estas decisiones afectan nuestras vidas, no para alarmar, sino para fomentar una discusión crítica y constructiva.
Este año, las chambonadas documentadas suman ₡286 mil millones, equivalentes al 1% de la deuda pública. Recursos que pudieron haberse destinado a solucionar problemas urgentes en seguridad, educación, salud o infraestructura, pero que se pierden por falta de planificación, negligencia o desidia institucional.
Este espacio no busca señalar errores a la ligera. Cada caso evidencia la necesidad urgente de un cambio profundo en la gestión pública: un cambio que garantice que los recursos de todos los costarricenses se administren con responsabilidad, eficiencia y transparencia.
En Primera Línea, creemos que la ciudadanía tiene el derecho de conocer esta realidad para exigir que los empleados públicos cumplan con su deber. La impunidad no beneficia ni al país, ni a los servidores públicos que sí quieren hacer las cosas bien. Solo a través de la rendición de cuentas y la participación activa podemos construir un país más justo y funcional.
Política
SINPE: ¿Impuestos a las transacciones? Un error que podría salir caro
RESUMEN
El Ministerio de Hacienda anunció que quiere aplicar IVA y renta a transacciones realizadas a través de SINPE. Según ellos, el objetivo es aumentar la recaudación. Sin embargo, esta medida tiene serios problemas y podría terminar afectando aún más a quienes ya son víctimas de un sistema anti-emprendedor y anti-PYMEs.
¿Qué está en juego?
SINPE (Sistema Nacional de Pagos Electrónicos) es una herramienta que democratizó las transacciones financieras en Costa Rica. Permite a emprendedores, PYMES y ciudadanos mover su dinero de forma sencilla, económica y rápida. Sin embargo, cargarle impuestos, como IVA, podría hacer que las personas busquen alternativas menos transparentes, aumentando la informalidad y afectando la economía en lugar de fortalecerla.
El tiro por la culata: más informalidad y menos recaudación
El problema con esta medida es que no ataca la raíz del asunto: el sistema actual es costoso, complicado y castiga a quienes intentan formalizarse. Según el INEC, más del 40% de los trabajadores están en la informalidad, lo que significa que no tienen acceso a crédito, seguro social o estabilidad económica.
¿Por qué están en la informalidad? Porque los costos de registrarse, pagar impuestos y cumplir con todas las regulaciones son altísimos. Si a esto le sumamos un impuesto sobre las transacciones, el mensaje que se envía es claro: “ser formal no vale la pena.”
¿Por qué no pensar diferente?
En lugar de asfixiar a los emprendedores, necesitamos un enfoque inteligente:
- Impuestos bajos y parejos:
Eliminar exoneraciones que benefician a grandes grupos de presión y establecer tasas justas para todos. - Facilitar la formalización:
Simplificar trámites y costos para que formalizarse sea una opción atractiva, no un castigo. - Servicios públicos de calidad:
Hoy el Estado actúa como un socio que exige el 60% de las ganancias (entre impuestos y trámites) pero no ofrece nada a cambio. Las PYMES necesitan infraestructura, seguridad, salud y educación de calidad para crecer.
El verdadero problema: un Estado que no entiende a los emprendedores
El enfoque de Hacienda muestra desconexión total con la realidad de los emprendedores y PYMES. Estas son las personas que mueven la economía del país, las que pagan alquiler, generan empleo y mantienen comunidades vivas.
Si seguimos cargando impuestos que solo aumentan sus costos, la informalidad crecerá, la recaudación caerá y la economía se estancará.
Que no jodan más al que la pulsea
En Costa Rica, emprender ya es difícil. Implementar impuestos al SINPE no hará más que complicar las cosas para quienes buscan sobrevivir en un sistema que no les da opciones. Necesitamos políticas que incentiven el crecimiento, no medidas que golpeen a las víctimas.
Hacienda: es hora de repensar las prioridades. Dejemos de castigar al emprendedor y enfoquémonos en crear un sistema que promueva el desarrollo económico, la formalización y el bienestar para todos.
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