fbpx
Conéctese con nosotros

¿Cómo te gustaría apoyarnos?

Imagen 1

Voluntario

Imagen 2

Autor

Imagen 3

Patrocinador

Imagen 4

Cliente

Imagen 5

Seguidor

Imagen 6

Analista

Juntos Nivelamos la Cancha

Política

El rumbo de Costa Rica en medio de una encrucijada política

Avatar photo

Publicado

el

Tiempo de lectura: 4 min

RESUMEN

La incertidumbre política en Costa Rica refleja el quiebre entre la ciudadanía y los partidos tradicionales, acompañado de un aumento en la desconfianza institucional. Este panorama plantea el reto de fortalecer la representación política y la rendición de cuentas, mientras se enfrentan problemas como la inseguridad y la corrupción. Aunque hay señales de mejora en algunas áreas, es crucial replantear liderazgos y comprometerse con un cambio estructural para recuperar la confianza y construir un futuro más justo y sostenible.


Los recientes resultados de la encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica confirman lo que ya sabíamos: Costa Rica atraviesa un período de incertidumbre política, desconfianza institucional y una marcada polarización en las percepciones ciudadanas. Estos hallazgos no son solo números en un informe; son un espejo de los desafíos que enfrenta nuestra democracia.

Una democracia en busca de certezas

La encuesta revela que un abrumador 85% de los costarricenses no tiene simpatía por ningún partido político. Este dato, lejos de ser anecdótico, refleja el quiebre entre la ciudadanía y las estructuras partidarias tradicionales, que alguna vez sirvieron como pilares de estabilidad. Pero esas estructuras nunca más volverán

El bipartidismo murió hace rato. 

En un sistema democrático como el nuestro, donde la representatividad política es clave, esta desconexión plantea preguntas fundamentales: ¿Por qué los partidos políticos ya no inspiran confianza? ¿Qué podemos hacer para cerrar esta brecha?

En un contexto donde el 55% de las personas expresa preocupación por las elecciones del 2026 y solo el 11% manifiesta entusiasmo, es evidente que la ciudadanía percibe el proceso electoral no como un ejercicio de esperanza, sino como una fuente de estrés. Este sentimiento negativo es más pronunciado entre mujeres y personas mayores, grupos históricamente marginados en los procesos de toma de decisiones.

La desafección partidaria y la incertidumbre electoral no solo debilitan el tejido democrático, sino que también abren la puerta a liderazgos personalistas que con frecuencia carecen de las bases necesarias para sostener políticas públicas efectivas a largo plazo.

El respaldo al presidente Chaves

El presidente Rodrigo Chaves ha logrado consolidar un 63% de evaluación positiva en noviembre de 2024. Sin embargo, este respaldo no se traduce necesariamente en confianza hacia sus políticas públicas. De hecho, el grupo más numeroso (40%) apoya al mandatario, pero rechaza sus medidas en áreas como educación y seguridad.

Esto plantea un desafío estructural: ¿cómo construir una agenda política sostenible cuando el apoyo se centra exclusivamente en la figura del líder y no en sus propuestas? La imposibilidad constitucional de la reelección obliga al oficialismo a buscar un sucesor que pueda capitalizar este respaldo. Sin embargo, los resultados de la encuesta muestran que la mayoría de los costarricenses no vislumbra un partido político capaz de ganar las elecciones del 2026. Solo el inicio de la campaña y los fuegos electorales en los próximos meses empezarán a dar indicios de lo que se avecina.

Esta desconexión entre el apoyo personalista y la institucionalidad política debe ser un llamado de atención

Aunque el carisma presidencial puede ser útil para sortear crisis inmediatas, carece del poder transformador que solo una institucionalidad sólida y políticas públicas bien diseñadas pueden ofrecer.

Problemas estructurales: inseguridad y corrupción

No sorprende que la  inseguridad y la delincuencia siguen siendo las principales preocupaciones del país, con un 30% de menciones. Este problema no solo afecta la calidad de vida de los costarricenses, sino que también erosiona la confianza en las instituciones encargadas de garantizar el orden, en especial el Poder Judicial.

Además, el 71% de los encuestados percibe que la corrupción ha aumentado en los últimos dos años. Esta percepción, más pronunciada entre las mujeres, refleja no solo el impacto de los escándalos recientes, como el caso en la Caja Costarricense del Seguro Social, sino también una crisis de confianza más amplia en la capacidad del Estado para administrar los recursos públicos con transparencia.

Frente a esto, es fundamental que las instituciones no solo implementen mecanismos de rendición de cuentas más estrictos, sino que también comuniquen estos esfuerzos de manera efectiva. La percepción pública es, después de todo, una dimensión crítica de la legitimidad institucional. En mi opinión, la más importante.

Una oportunidad en la adversidad

En medio de este panorama, hay señales de que las cosas pueden mejorar. La reciente gestión del gobierno ante las emergencias climáticas recibió una valoración positiva del 76% de los costarricenses, demostrando que, cuando las instituciones responden con eficacia y empatía, la ciudadanía lo reconoce.

Asimismo, los resultados muestran una recuperación en la percepción de la seguridad y la educación respecto al año anterior. Aunque estos avances son modestos, representan una base sobre la cual construir una narrativa de progreso y resiliencia.

¿Qué hacer frente a este panorama?

  1. Replanteamiento del rol de los partidos políticos: Los partidos dentro y fuera de la Asamblea Legislativa deben replantearse su rol en la sociedad costarricense. No es extraño que ambas instituciones sean las peor valoradas por el costarricense. Si quieren sobrevivir, no pueden seguir operando como entidades desconectadas de las necesidades ciudadanas. Esto implica no solo una renovación de liderazgos y un compromiso con la transparencia, la inclusión y la participación ciudadana.
  1. Comunicación institucional efectiva: Las instituciones públicas deben priorizar la comunicación clara y la rendición de cuentas. En una era de desinformación, el acceso a información confiable es esencial para reconstruir la confianza ciudadana.
  1. Compromiso ciudadano: Como sociedad, debemos rechazar el cinismo y la apatía. La democracia, aunque imperfecta, es el mejor sistema para garantizar la participación y el respeto a los derechos humanos. Cada voto, cada debate y cada decisión política cuentan.

Los resultados de la encuesta del CIEP no son una sentencia, sino una radiografía de nuestra realidad. 

Nos muestran un país lleno de retos, pero también de oportunidades. La incertidumbre política y la desconfianza institucional no deben paralizarnos; deben motivarnos a trabajar juntos para construir un futuro más inclusivo, justo y sostenible.

Es tiempo de actuar.


Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor y no representan necesariamente la postura oficial de Primera Línea. Nuestro medio se caracteriza por ser independiente y valorar las diversas perspectivas, fomentando la pluralidad de ideas entre nuestros lectores.

Jorge Dengo Rosabal, Diputado. Abogado por la Universidad Escuela Libre de Derecho, MBA con énfasis en finanzas y mercadeo por la Universidad Latina, Máster en Derecho la Competencia por la Universidad de Melbourne, Australia; Experto en Derecho de Competencia por la Universidad Carlos III, España y especialista en análisis de políticas públicas por London School of Economica

Continuar leyendo
Haga clic para comentar

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Política

Primera Línea: Contracorriente

Avatar photo

Publicado

el

Tiempo de lectura: 3 min

RESUMEN

La verdadera fuerza de un país no radica en el tamaño de su gobierno, sino en su capacidad para fomentar la autonomía y el esfuerzo colectivo. Cuando defendemos la libertad individual, no solo protegemos derechos, sino que abrimos caminos para que cada persona pueda alcanzar su máximo potencial sin obstáculos innecesarios.

Ir contra la corriente no suele ser lo más popular, sobre todo cuando implica decir lo que se piensa. En un entorno costarricense donde el conformismo y las soluciones fáciles parecen ser la norma, se requiere un esfuerzo constante para exponer lo que es necesario debatir, y no simplemente lo que la gente quiere escuchar.

Diagnósticos no bastan, se necesitan soluciones

El problema no radica en la falta de recursos ni en el tamaño del gobierno, sino en la ausencia de una visión estructural que comprenda que la libertad y la responsabilidad individual son las verdaderas bases del progreso. Primera Línea nació con esa convicción y creció como un movimiento ciudadano con un propósito claro: proponer soluciones reales a los problemas crónicos de Costa Rica.

Hoy, la denuncia no es suficiente. Costa Rica está llena de diagnósticos, pero vacía de propuestas concretas.

Por eso, Primera Línea combina dos instrumentos principales: un medio digital, que visibiliza los problemas, y el Observatorio de Datos, que fundamenta las propuestas con análisis rigurosos y datos. El objetivo no es indignarse sin más, sino presentar alternativas y demostrar que hay valores fundamentales que no deben negociarse.

La libertad individual: un camino cuesta arriba

Hablar de libertad individual en un país que tiende a valorar la expansión estatal es nadar contra la corriente. Es más cómodo vender la idea de que el gobierno puede resolverlo todo, pero ese enfoque supone renunciar al poder de la autonomía. Cada vez que le entregamos al gobierno la responsabilidad de nuestro bienestar, sacrificamos algo más que independencia: sacrificamos dignidad.

Costa Rica no saldrá de sus problemas aumentando el tamaño del gobierno o limitando aún más las libertades de los ciudadanos. El progreso se construye desde el esfuerzo propio, la colaboración voluntaria y el respeto a la iniciativa personal.

El problema no es ideológico ni se limita a un gobierno específico; es el conformismo y la burocracia que impiden que el sistema funcione para todos.

Porque cuando un gobierno crece desproporcionadamente, lo que se pierde es más que eficiencia: se pierde la posibilidad de soñar y de construir sin miedo. Liderar un foro de ideas tiene sus retos y tentaciones: adoptar los temas de moda, suavizar el mensaje o seguir la narrativa dominante. Primera Línea rechaza esas tentaciones.

Cada artículo, publicación o dato expuesto busca sembrar semillas de cambio, con claridad y contundencia. La realidad puede doler, pero es necesario enfrentarla antes de reformarla.

Costa Rica necesita recuperar la confianza en el esfuerzo propio. El futuro depende de que las personas puedan soñar y construir sin miedo a que una política arbitraria o un reglamento innecesario las frene.

No sabemos si alguna vez veremos a Costa Rica alcanzar ese ideal, pero eso no significa que vamos a dejar de intentarlo. El desafío es grande, pero las transformaciones reales se logran con las manos de muchos. Primera Línea continuará nadando contra la corriente porque el objetivo final es claro: un país donde cada persona pueda decir con orgullo: “Esto lo logramos juntos.”

Si este mensaje resonó en usted, lo invitamos a unirse a este movimiento, compartiendo nuestra visión o colaborando como voluntario o patrocinador. Porque aquí, en Primera Línea, se vale soñar en grande.

Continuar leyendo

Política

Chambonadas 2024: Cuando el despilfarro no tiene consecuencias

Avatar photo

Publicado

el

Tiempo de lectura: 2 min

RESUMEN

La gestión ineficiente en las instituciones públicas afecta directamente áreas clave como salud, educación y seguridad, desperdiciando recursos que podrían resolver problemas urgentes. Para avanzar hacia un país más justo y funcional, es crucial exigir mayor transparencia, planificación y rendición de cuentas en la administración de los bienes públicos.

En Costa Rica, los “errores” en las instituciones públicas no son simples accidentes aislados. Representan un problema estructural que impacta directamente el bienestar de la ciudadanía y el desarrollo del país. Cada decisión mal tomada no solo significa el desperdicio de recursos, sino también un profundo perjuicio para nuestra calidad de vida y nuestro futuro colectivo.

Estas chambonadas no son simples equivocaciones.

Son la punta de un iceberg formado por mala planificación, negligencia y, sobre todo, un sistema que premia a quienes logran ocultarse tras una maraña de trámites. Más allá del escándalo momentáneo, las consecuencias las pagamos todos: menos servicios, más impuestos y un país que, en lugar de avanzar, retrocede.

En Primera Línea, entendemos que estas situaciones no ocurren por casualidad. Son el reflejo de un sistema que carece de controles efectivos, donde las responsabilidades se diluyen y la transparencia sigue siendo una asignatura pendiente. Por eso, hemos creado Chambonadas 2024, un espacio para visibilizar estos casos que no solo generan indignación, sino que también le cuestan millones al país.

Nuestro objetivo es claro: informar a la ciudadanía sobre cómo estas decisiones afectan nuestras vidas, no para alarmar, sino para fomentar una discusión crítica y constructiva.

Este año, las chambonadas documentadas suman ₡286 mil millones, equivalentes al 1% de la deuda pública. Recursos que pudieron haberse destinado a solucionar problemas urgentes en seguridad, educación, salud o infraestructura, pero que se pierden por falta de planificación, negligencia o desidia institucional.

Este espacio no busca señalar errores a la ligera. Cada caso evidencia la necesidad urgente de un cambio profundo en la gestión pública: un cambio que garantice que los recursos de todos los costarricenses se administren con responsabilidad, eficiencia y transparencia.

En Primera Línea, creemos que la ciudadanía tiene el derecho de conocer esta realidad para exigir que los empleados públicos cumplan con su deber. La impunidad no beneficia ni al país, ni a los servidores públicos que sí quieren hacer las cosas bien. Solo a través de la rendición de cuentas y la participación activa podemos construir un país más justo y funcional.

Continuar leyendo

Política

SINPE: ¿Impuestos a las transacciones? Un error que podría salir caro

Avatar photo

Publicado

el

Tiempo de lectura: 2 min

RESUMEN

El Ministerio de Hacienda anunció que quiere aplicar IVA y renta a transacciones realizadas a través de SINPE. Según ellos, el objetivo es aumentar la recaudación. Sin embargo, esta medida tiene serios problemas y podría terminar afectando aún más a quienes ya son víctimas de un sistema anti-emprendedor y anti-PYMEs.


¿Qué está en juego?

SINPE (Sistema Nacional de Pagos Electrónicos) es una herramienta que democratizó las transacciones financieras en Costa Rica. Permite a emprendedores, PYMES y ciudadanos mover su dinero de forma sencilla, económica y rápida. Sin embargo, cargarle impuestos, como IVA, podría hacer que las personas busquen alternativas menos transparentes, aumentando la informalidad y afectando la economía en lugar de fortalecerla.

El tiro por la culata: más informalidad y menos recaudación

El problema con esta medida es que no ataca la raíz del asunto: el sistema actual es costoso, complicado y castiga a quienes intentan formalizarse. Según el INEC, más del 40% de los trabajadores están en la informalidad, lo que significa que no tienen acceso a crédito, seguro social o estabilidad económica.

¿Por qué están en la informalidad? Porque los costos de registrarse, pagar impuestos y cumplir con todas las regulaciones son altísimos. Si a esto le sumamos un impuesto sobre las transacciones, el mensaje que se envía es claro: “ser formal no vale la pena.”

¿Por qué no pensar diferente?

En lugar de asfixiar a los emprendedores, necesitamos un enfoque inteligente:

  1. Impuestos bajos y parejos:
    Eliminar exoneraciones que benefician a grandes grupos de presión y establecer tasas justas para todos.
  2. Facilitar la formalización:
    Simplificar trámites y costos para que formalizarse sea una opción atractiva, no un castigo.
  3. Servicios públicos de calidad:
    Hoy el Estado actúa como un socio que exige el 60% de las ganancias (entre impuestos y trámites) pero no ofrece nada a cambio. Las PYMES necesitan infraestructura, seguridad, salud y educación de calidad para crecer.

El verdadero problema: un Estado que no entiende a los emprendedores

El enfoque de Hacienda muestra desconexión total con la realidad de los emprendedores y PYMES. Estas son las personas que mueven la economía del país, las que pagan alquiler, generan empleo y mantienen comunidades vivas.

Si seguimos cargando impuestos que solo aumentan sus costos, la informalidad crecerá, la recaudación caerá y la economía se estancará.

Que no jodan más al que la pulsea

En Costa Rica, emprender ya es difícil. Implementar impuestos al SINPE no hará más que complicar las cosas para quienes buscan sobrevivir en un sistema que no les da opciones. Necesitamos políticas que incentiven el crecimiento, no medidas que golpeen a las víctimas.

Hacienda: es hora de repensar las prioridades. Dejemos de castigar al emprendedor y enfoquémonos en crear un sistema que promueva el desarrollo económico, la formalización y el bienestar para todos.

Continuar leyendo

Trending