Política
Corrupción en la mira: Costa Rica avanza, pero no basta
RESUMEN
Costa Rica ha mejorado en el Índice de Percepción de la Corrupción, pasando de 55 a 58 puntos y ubicándose como el país más transparente de Centroamérica. Este avance refleja el esfuerzo institucional y ciudadano, pero aún quedan desafíos. La lucha contra la corrupción debe continuar con más transparencia, rendición de cuentas y participación social.
El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparency International es uno de los principales referentes globales para evaluar la transparencia y el buen gobierno en el sector público. En su última edición, Costa Rica ha dado un importante paso adelante, mejorando su puntaje de 55 a 58, lo que nos coloca en la posición 42 de 180 países evaluados.
Esta es una noticia que merece reconocimiento y análisis. No solo porque nos posiciona como el país mejor calificado de Centroamérica y el tercero en Latinoamérica, sino porque refleja un esfuerzo conjunto de las instituciones, la sociedad civil y el sector privado por fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas.
Como señala Steven Pinker en su libro “Enlightment Now”, pese a que el mundo viene mejorando continuamente en casi todos los indicadores donde hay datos disponibles, la prensa por alguna razón empeora el tono de las noticias y no comunica lo positivo. Por eso es importante ver datos puntuales.
La corrupción sigue siendo un desafío global, y Costa Rica no es la excepción.
Este avance no es un punto de llegada, sino un impulso para seguir mejorando. , más que nunca, es momento de consolidar estos logros y mirar hacia adelante con ambición y determinación.
Un camino de avances: la evolución de Costa Rica en el IPC
A lo largo de los años, la posición de Costa Rica en el IPC ha experimentado altibajos. En 1997, nuestro puntaje alcanzó 64.5, una de las mejores calificaciones registradas. No obstante, en 2006 descendimos a 41, reflejando una época de desafíos en materia de gobernanza y control de la corrupción. La reciente subida a 58 puntos es una señal alentadora de que los esfuerzos de fortalecimiento institucional y participación ciudadana están dando resultados.
Esta mejora también se alinea con tendencias globales, en las que las democracias más consolidadas han fortalecido sus mecanismos de rendición de cuentas, mientras que en muchos países de la región se ha observado un retroceso. Costa Rica se destaca como un ejemplo positivo en América Latina, donde la corrupción sigue siendo una de las principales preocupaciones de la población.
¿Por qué hemos mejorado? Factores clave de este avance
El progreso de Costa Rica en el IPC no es casualidad. Varios factores han contribuido a esta mejora, entre ellos:
- Fortalecimiento institucional y normativo. En los últimos años, el país ha reforzado sus mecanismos de control con la aprobación y aplicación de leyes clave, como la Ley de Acceso a la Información Pública.
- Mayor vigilancia y fiscalización ciudadana. La presión de la ciudadanía y de los medios de comunicación ha sido determinante en la lucha contra la corrupción. La denuncia de casos de irregularidades y el escrutinio público han generado un entorno en el cual es más difícil ocultar prácticas corruptas. La ciudadanía ha demostrado que no está dispuesta a tolerar la impunidad, y eso se refleja en una mayor exigencia de rendición de cuentas.
- Compromiso del sector privado con la ética empresarial. Cada vez más empresas han adoptado programas de cumplimiento y buenas prácticas de gobernanza corporativa. La transparencia en el sector privado no solo genera confianza en los inversionistas, sino que también contribuye a la reducción de oportunidades para la corrupción en la relación con el sector público.
- Una prensa libre y activa. Costa Rica sigue siendo un bastión de la libertad de prensa en la región, pese a que algunos señalan que no. Medios de comunicación independientes han desempeñado un rol fundamental en la investigación y exposición de casos de corrupción, promoviendo una cultura de transparencia y rendición de cuentas.
- Alianzas internacionales y cooperación en transparencia. El país ha fortalecido su colaboración con organismos internacionales en la lucha contra la corrupción, adoptando estándares y mejores prácticas recomendadas por entidades como la OCDE. Este compromiso ha permitido mejorar los sistemas de control y prevención de la corrupción en diversas instituciones.
El caso Diamante: un recordatorio de los desafíos persistentes
Si bien Costa Rica ha mostrado avances, casos recientes como el caso Diamante evidencian que aún existen desafíos en la lucha contra la corrupción. Este escándalo, que involucra a varios alcaldes y exalcaldes en presuntas redes de sobornos relacionados con contratos de obra pública, ha generado un intenso debate en la Asamblea Legislativa.
Recientemente, la Comisión de Ingreso y Gasto Público de la Asamblea Legislativa rechazó un informe elaborado por la diputada Sofía Guillén, del Frente Amplio, que proponía sanciones severas contra los implicados en el caso Diamante. Este informe señalaba directamente a figuras como el exalcalde de San José, Johnny Araya, y recomendaba acciones contundentes para abordar las irregularidades detectadas.
La decisión de rechazar este informe fue respaldada por diputados del Partido Liberación Nacional (PLN), el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) y Nueva República. Posteriormente, se presentaron informes alternativos que, según denuncias, suavizaban las conclusiones y omitían audiencias clave. La diputada Guillén expresó su preocupación al respecto, señalando que estos nuevos informes reducían la severidad de las recomendaciones y excluían elementos fundamentales para una evaluación completa del caso.
Este tipo de maniobras políticas pone en entredicho el compromiso real de algunos sectores con la transparencia y la lucha contra la corrupción.
Si queremos consolidar los avances reflejados en el IPC, la Asamblea Legislativa no puede convertirse en un obstáculo para la rendición de cuentas.
Oportunidades de mejora: lo que debemos fortalecer
Si bien la mejora en el IPC es un logro significativo, aún queda trabajo por hacer para consolidar una cultura de integridad en todos los niveles de la sociedad. Algunas áreas clave que requieren mayor atención incluyen:
- Independencia y eficiencia del Poder Judicial
- Protección a denunciantes de corrupción
- Mayor transparencia en el financiamiento de campañas políticas
- Digitalización y acceso a la información pública
- Educación en valores de transparencia y ética
Reflexión final: un compromiso de todos
La corrupción es un enemigo silencioso que erosiona las instituciones, debilita la democracia y frena el desarrollo económico y social. Sin embargo, los datos recientes del IPC nos muestran que es posible avanzar cuando hay compromiso y acciones concretas.
Costa Rica ha demostrado que tiene las herramientas, la voluntad y la capacidad para construir un país más íntegro. Pero el desafío no recae solo en las instituciones públicas; es una tarea de toda la sociedad.
Empresas, medios de comunicación, organizaciones civiles y ciudadanos tienen un papel clave en la construcción de una cultura de transparencia.
Este resultado en el IPC debe servir como un punto de partida, no de llegada.
La integridad y el buen gobierno no se alcanzan con una medición anual, sino con un esfuerzo constante, con la convicción de que un país más transparente es también un país más próspero, más justo y con mayores oportunidades para todos.
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