Costa Rica: Un actor global en un mundo multipolar

En la década de los ochenta Costa Rica tomó una audaz decisión:  abandonar el modelo económico intervencionista y de sustitución de importaciones en favor de uno basado en la apertura al mundo y la conectividad con la economía global. Cuarenta años después, nos encontramos nuevamente en una encrucijada, en un mundo multipolar donde la dinámica global está definida por una pluralidad de actores, en lugar de uno o dos líderes globales.  Esto nos obliga a desarrollar la habilidad de interactuar con todos, observando y aprendiendo de esta integración.

En los últimos años, Costa Rica ha buscado abrirse a diversas realidades a nivel internacional.  Hemos establecido relaciones diplomáticas con la República Popular China y consolidado nuestras relaciones comerciales con Europa y Estados Unidos.  Nuestro país goza de un margen político internacional que le permite ser un interlocutor válido y participar en el escenario internacional, aprovechando sus ventajas.

Sin embargo, esta ambición exige de nuestra parte una identidad sólida y principios fundamentales que nos posicionen como un actor destacado en lugar de un pequeño país de renta media-alta.  La clave radica en desarrollar una diplomacia proactiva que nos permita acceder a los mercados más importantes que liderarán el desarrollo económico en el siglo XXI.  El mundo al que nos adentramos nos desafía a acceder a realidades de un nivel de complejidad  que nunca habíamos enfrentado como sociedad.  Ya no vivimos en un mundo dominado por un solo país, sino en un entorno donde la profundidad y significado de nuestra participación es fundamental para satisfacer las demandas globales.

Costa Rica tiene la capacidad de ofrecer un valor agregado y demostrar con hechos concretos que estamos preparados para contribuir a cada realidad global.  El país cuenta con conocimiento e innovación, liderazgo y experiencia para ser un actor destacado en la consecución de sus objetivos internacionales.  Nuestra nación tiene el potencial de ser un puente entre distintos polos económicos y culturales, enriqueciendo las interacciones a nivel local y global. En resumen, Costa Rica se encuentra en un momento crucial de su historia, donde su participación en la escena internacional es esencial para su desarrollo futuro.  Nuestra capacidad de adaptación y la solidez de nuestros principios nos permitirán no sólo ser parte activa de la economía global, sino también influir en su evolución de manera positiva.  El mundo nos espera como un actor significativo y nuestra responsabilidad es aprovechar esta oportunidad para el beneficio de nuestra nación y del mundo entero.