Economía

Costa Rica y el síndrome “Dutch Disease”. Lo que nadie ha dicho sobre el tipo de cambio 

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RESUMEN

La baja en tipo de cambio del colón costarricense frente al dólar es algo que tiene muchos meses de preocupar a importantes sectores de la economía costarricense. Todas las miradas se dirigen al Banco Central, unidas a solicitudes de intervención. ¿Es la intervención indispensable? Vamos más allá; ¿es la apreciación del colón un fenómeno que se debe contrarrestar?

Mucho ha llamado la atención la caída del tipo de cambio y su persistente tendencia a la baja en  la economía costarricense a lo largo de estos últimos ocho meses, provocando la indisposición de unos y el beneficio de algunos otros.

No sin fundamento, varios actores de gran relevancia para nuestra economía y el bienestar social, solicitan encarecidamente al Banco Central una intervención inmediata para sostener dicha caída.  Y lo cierto es que el precio de esta divisa es determinante para establecer y mantener la competitividad país a nivel global, especialmente con aquellos países con los cuales tenemos intercambios comerciales. 

Ante esto me surge una pregunta: ¿será que el intervencionismo a través de política económica es la única manera de mantener la competitividad país?

Y esta pregunta más allá de ofrecerme una respuesta, me suscitó una serie de preguntas adicionales como;

  • ¿Será que el modelo de desarrollo productivo nacional ha cambiado y la velocidad con la que asimilamos los cambios es insuficiente?
  • ¿Será que nuestro país no es más competitivo porque se subutilizan los factores y recursos productivos?
  • ¿Será posible que el exceso de regulación, la voracidad fiscal, cargas sociales y  parafiscales, un sinfín de leyes y tramitomanía, desincentivan al empresario y productor o motivan al trabajador independiente a mantenerse en la informalidad?
  • ¿Podría ser que la deficiente infraestructura y la conectividad multimodal nos juega en contra de la competitividad? 

Si bien es cierto que las acciones del Banco Central como autoridad monetaria son indispensables, la coyuntura del país apunta a que las soluciones no deberían ser tratadas de forma “ortodoxa”, basadas meramente en la teoría que contiene las mismas recetas que fueron efectivas en las economías del siglo XIX y XX,  las cuales hoy son prácticamente obsoletas en la dinámica de las economías modernas. 

Más allá de dar otra opinión sobre las posibles causas que están afectando el precio del dólar en función del colón, este artículo busca exponer un padecimiento específico que ha afectado a varias economías a nivel global y al cual nadie se ha referido aún para el caso de Costa Rica.

“The Dutch Disease”

El término acuñado en 1977 por The Economist, como Enfermedad Holandesa, refiere a una situación paradójica, donde las buenas noticias económicas para un sector de la economía, como el descubrimiento de yacimientos de recursos naturales, se traduce en un estancamiento para el resto de los sectores, típicamente acompañado de una apreciación sustancial del tipo de cambio. Tal fue el caso de Países Bajos ante el descubrimiento y explotación de gas natural durante la década de los 50´s y 60´s.  

Como toda disrupción en un modelo de desarrollo productivo, hay un precio que pagar. En este caso particular, la explotación y exportación de los recursos descubiertos provocó un desplazamiento tanto de los factores productivos, como de ciertos productos y servicios de diversos sectores. Tales situaciones favorables provocan shocks que se traducen en una apreciación real del tipo de cambio. Algunos países diagnosticados con este síndrome después del año 2000 han sido: Irlanda, Chile, Australia, Rusia y Azerbaiyán.  

Aunque este término originalmente se utilizó para describir lo que sucede en función de recursos naturales como gas o petróleo, también aplica para cualquier desempeño extraordinario que conlleve a un influjo masivo de divisas. Tal es el caso de inversión extranjera directa (IED), manufactura de alto valor agregado, turismo y otros. 

Entre sus síntomas se destaca:

  1. Apreciación del tipo de cambio real
  2. Lento o nulo crecimiento de la demanda interna 
  3. Crecimiento de la industria de servicios
  4. Crecimiento de los salarios nominales y reales 

Entonces, la última pregunta que me surge es: ¿será que Costa Rica se contagió de la “Enfermedad Holandesa” y no se ha diagnosticado adecuadamente?, y como todo diagnóstico incorrecto, un tratamiento inadecuado lejos de curar al paciente podría agravar su situación o incluso matarlo.  

El siguiente cuadro nos permite terminar de amarrar los conceptos y entender el fenómeno de la apreciación real del tipo de cambio en Costa Rica basado en los dólares excedentes en nuestra economía. 

Como se puede observar, las reservas netas hoy duplican el promedio histórico del BCCR. Esto trasciende las explicaciones que muchos actores empresariales y políticos solicitan al Banco Central sobre la cuenta de “otros” por su crecimiento interanual de 1,800 millones de dólares. Dicho sea de paso, esta actividad corresponde a transacciones no especificadas, pero sí debidamente gestionadas a través del sistema financiero nacional, alta y efectivamente regulado por SUGEF y otras entidades. 

Solicitar la intervención del BCCR para que a través de política cambiaria corrija este tipo de shocks no es solo un error, sino que también podría provocar que la medicina afecte negativamente al paciente. Las repercusiones sobre tasas de interés o la inflación traerían riesgos sistémicos cuyas consecuencias minarían la senda del desarrollo y la estabilidad relativa de la cual Costa Rica goza, empeorando las condiciones de vida de sus ciudadanos. 

Complementario a ciertas medidas de política pública que se pudieran implementar, lo que será clave para tratar nuestro disruptivo modelo de desarrollo económico, será la PLANIFICACIÓN ECONÓMICA a largo plazo, donde se puedan establecer acciones integrales que sean capaces de reconvertir e impactar varios sectores productivos.   

Hoy quise exponer este argumento basado en evidencia, con algunos ejemplos de países que han sufrido el mismo padecimiento y que obedece a disrupciones en su modelo de desarrollo productivo. 

En palabras de mi buen amigo Enrique Maroto, toda una autoridad en temas financieros internacionales a quien admiro y respeto profesionalmente…

“Costa Rica ya encontró su petróleo”

Sin duda es un tema amplio, complejo y profundo que seguiremos tratando en próximas entregas de Primera Línea.  


Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor y no representan necesariamente la postura oficial de Primera Línea. Nuestro medio se caracteriza por ser independiente y valorar las diversas perspectivas, fomentando la pluralidad de ideas entre nuestros lectores.

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