Innovación y Emprendimiento

Economía Naranja

Publicado

el

Tiempo de lectura: 4 min

La economía naranja es un modelo productivo basado en la creatividad y el conocimiento. Sus orígenes se le atribuyen a John Hawkins en su libro The creative economy: how people make money from ideas (La economía creativa: cómo las personas ganan dinero con las ideas). En la región, el concepto ha sido popularizado y ampliado por medio de publicaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como una gran oportunidad para Latinoamérica. 

Pero, ¿de qué trata la economía naranja? El término se refiere a las actividades económicas que giran en torno a la creación, producción y comercialización de bienes y servicios culturales, creativos y artísticos, e incluye industrias como la música, el cine, la televisión, la literatura, el diseño gráfico, la moda, los videojuegos, el teatro, el turismo rural comunitario, y en cierta literatura el deporte también, por ser un espacio integrador donde se puede exponer la creatividad a la juventud. Además de ser una fuente de entretenimiento y cultura, estas industrias también generan empleos y encadenamientos productivos, lo cual contribuye significativamente a la economía. De acuerdo con el BID, a nivel global, la economía naranja representa el 3 % del PIB y genera casi 26 millones de puestos de trabajo.

Agrupar estas actividades bajo un solo término ha permitido una mayor comprensión y reconocimiento de la importancia de la economía naranja en el desarrollo económico y social. En el pasado, la economía creativa no estuvo en la mira de los economistas, por lo que englobar el término es clave para desarrollar investigaciones y medir su impacto en la economía y la sociedad; también para crear políticas y programas específicos para apoyar a las industrias culturales y creativas. De allí la importancia de hablar en términos de economía creativa o economía naranja.

¿Cómo puede transformar una ciudad o un país una estrategia orientada hacia la economía naranja? Una vez que se entienda cómo se piensa, planifica, ejecuta y mide en términos de economía creativa, se observará su impacto en:

  1. Generación de empleo. Las industrias culturales y creativas son una fuente importante de empleo, especialmente para jóvenes y personas con habilidades creativas. Son actividades que conllevan muchos encadenamientos productivos. La filmación de una película no solo da trabajo a actores y técnicos, sino que impacta la economía local de las locaciones, hoteles, proveedores de alimentación. Es un vehículo de la cultura de un país, que se traduce en posicionamiento y atracción turística.
  2. Contribución al PIB. Su impacto económico representa una parte significativa del PIB en muchos países, lo que la convierte en una industria importante para el crecimiento económico.
  3. Fomento de la innovación. Al promover la colaboración, la diversidad de ideas y la protección de la propiedad intelectual, estimula a las empresas y a los individuos a invertir en investigación y desarrollo. Estos confían en que sus ideas y creaciones estarán protegidas y valoradas. Además, tienen oportunidad de escalar gracias a los espacios y oportunidades facilitadas por la política pública.
  4. Promoción de la cultura. Las industrias culturales contribuyen de manera natural al desarrollo sociocultural de una sociedad. Ayudan a construir una identidad y un sentido de pertenencia a una comunidad, fomentar la diversidad cultural y promover el diálogo intercultural. Al reconocer que las industrias culturales y creativas también son una fuente importante de generación de valor económico y social, estas florecen para promover la cultura de los países una vez que trascienden fronteras.

Gran parte de la responsabilidad de aprovechar o perder oportunidades con respecto a la economía creativa recae en los gobiernos locales. Para aprovecharla, se requieren una serie de acciones y estrategias. En primer lugar, es necesario contar con políticas públicas que promuevan y apoyen el desarrollo de estas actividades. Esto implica la simplificación de trámites, la promoción de la cultura emprendedora y la creación de redes de apoyo empresarial. Los artistas por su naturaleza independiente, deben empezar a ser vistos, y verse a sí mismos, como emprendedores creativos, e igual que todos los emprendedores que están iniciando, necesitan acompañamiento empresarial. Esto solo se puede lograr con visión y alianzas público-privadas.

Además, es fundamental motivar la formación y capacitación de los jóvenes en áreas creativas, para que puedan desarrollar su talento y habilidades y contribuir al desarrollo económico del municipio. La educación y la formación también son esenciales para crear una ciudadanía consciente y comprometida con la cultura y el patrimonio de su territorio. Crear espacios de interacción, como teatros, casas de cultura y coworks también es una oportunidad donde los gobiernos locales faciliten la colaboración con el sector privado.

Otra estrategia importante es el fomento del turismo cultural. Los municipios pueden aprovechar su patrimonio cultural para atraer turistas interesados en conocer la oferta cultural de la región. Esto determina la promoción de rutas turísticas, la creación de eventos culturales y la mejora de la oferta turística en general. 

Por otra parte, el deporte es una gran oportunidad, por su capacidad para aglomerar masas, representa el espacio ideal para presentar la cultura e historia de una ciudad, a través de productos y servicios creativos. Música, joyería, artesanías, hoteles, turismo y todos los encadenamientos asociados al turista deportivo son una gran oportunidad para las ciudades.

Medellín en Colombia es un caso de éxito en la región. La ciudad ha logrado transformar su imagen de ciudad violenta en una ciudad creativa, cultural y turística gracias al desarrollo de la economía naranja. Medellín ha impulsado proyectos como el Parque Biblioteca España, que no solo es una biblioteca pública, sino un espacio cultural que alberga exposiciones de arte y teatro. También ha desarrollado la iniciativa Ruta N, un complejo tecnológico que alberga empresas y startups en áreas de tecnología, biotecnología y diseño. Estos esfuerzos han llevado a un aumento en el turismo cultural y la inversión extranjera, lo cual genera empleo y riqueza en la ciudad. Además, Medellín ha sido reconocida internacionalmente por su transformación mediante la economía naranja, ganando premios como La Ciudad Más Innovadora del Mundo en 2012 y el premio Lee Kuan Yew World City Prize en 2016. 

Medellín es un ejemplo de cómo la economía naranja puede ser una herramienta poderosa para transformar la imagen y el desarrollo económico de una ciudad. La apuesta por el desarrollo cultural y creativo puede ser una oportunidad infinita para la región. ¿Será que alguna ciudad en Costa Rica se atreve?

1 comentario

  1. Miguel Ángel Cordero BARRANTES

    mayo 31, 2023 el 6:55 am

    Muy buena iniciativa

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Trending

Exit mobile version