Política

Educación, Accesibilidad Alimentaria o Imposición de Etiquetado.

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RESUMEN

En Costa Rica, una propuesta legislativa busca imponer etiquetas de advertencia en alimentos y bebidas preenvasados para informar sobre contenidos altos en azúcar, grasa y sodio. Aunque bien intencionada, esta medida es cuestionable por su impacto limitado en los hábitos de consumo, su carga económica sobre los pequeños productores y la violación de derechos fundamentales. Un enfoque integral que incluya educación nutricional, acceso a alimentos saludables y campañas de concientización es esencial para abordar los problemas de nutrición y sobrepeso en el país.


En Costa Rica, se aproxima el cierre de un período de sesiones extraordinarias en el Congreso caracterizado por una baja producción legislativa, tanto en cantidad como en calidad. A partir de agosto, con el inicio de las sesiones ordinarias, se anticipa la reactivación de discusiones sobre propuestas cuestionables. Una de estas propuestas es la imposición a los fabricantes de alimentos y bebidas preenvasados, para que coloquen etiquetas octagonales con advertencias sanitarias como “Exceso en Azúcar”, “Exceso en Grasa” y “Exceso en Sodio”.

Esta iniciativa no es novedosa, sino una repetición de una serie de imposiciones ideológicas promovidas por organizaciones locales que reciben financiamiento de fundaciones internacionales, como la del multimillonario demócrata Michael Bloomberg (realmente social demócrata de izquierda), conocido por su inclinación hacia la imposición de políticas de salud pública. Sin este financiamiento, muchas de estas organizaciones no tendrían razón de ser; así es como operan muchas entidades “altruistas”. Su altruismo está condicionado a la capacidad de hacer lobby, ruido y recibir fondos. Es importante señalar que muchas de estas ONGs, al alcanzar sus objetivos, perderían su propósito de existencia. Esto explica por qué muchas de ellas saltan de una causa a otra, buscando su mera subsistencia más que un auténtico altruismo.

El objetivo fundamental debería ser que los consumidores cuenten con información clara y veraz para tomar decisiones informadas. La educación de calidad y el acceso a una buena alimentación son cruciales. 

Cada individuo conoce lo que es mejor para sí mismo, y no deberíamos tratarlos como niños incapaces de tomar decisiones. La información y la educación son clave desde una edad temprana para que todos puedan tomar decisiones adecuadas sobre su nutrición. Sin embargo, esto no justifica la imposición de un formato de etiquetado que podría no tener los efectos deseados.

Un estudio realizado en Chile (Pereira da Silva, C., Bento, A. C., & Guaraldo, E. (2022). The impact of front-of-the-packaging nutrition labelling warnings on consumer habits: A scoping review exploring the case of the Chilean Food Law. British Food Journal, 124(13), 66-80) reveló que, a pesar de la percepción creada por el etiquetado de advertencia, su impacto real en el mercado y en los hábitos de consumo es limitado. En particular, su efecto en una de las poblaciones más importantes, los niños, fue mínimo. Los niños no dejaron de consumir alimentos con etiquetas de advertencia, a pesar de la percepción que pudieran tener sus padres. Además, las empresas recurrieron a la reformulación de ciertos productos para evitar la normativa, lo cual incrementó los costos y afectó negativamente a las clases más necesitadas. En otras palabras, en el caso chileno, las clases medias y altas se beneficiaron de la reformulación impulsada por este cambio regulatorio (por ejemplo sustitución de azúcares por edulcorantes), mientras que las clases más necesitadas quedaron igual.

No es la imposición de un etiquetado lo que promoverá hábitos de nutrición saludables. Este es un tema que debe ser abordado mediante políticas públicas coherentes, y no por el capricho de algunas ONGs y sus funcionarios.

El último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) titulado “Un Vistazo a la Salud 2023” señala que el 70% de los costarricenses presenta problemas de sobrepeso, colocando al país junto a Estados Unidos y México en los primeros lugares a nivel mundial en esta preocupante estadística.

Para abordar este problema de manera efectiva, es crucial entender que la correlación no implica causalidad.  Las causas de la falta de hábitos de alimentación saludable en nuestro país van más allá de las etiquetas. Es necesario un enfoque integral que incluya educación nutricional desde temprana edad, campañas de concientización y acceso a alimentos saludables a precios asequibles. 

La propuesta legislativa en Costa Rica presenta dudas significativas en cuanto a sus beneficios para la salud. Lo que es indiscutible es el perjuicio que genera para los fabricantes, especialmente a los pequeños productores nacionales para quienes es más difícil cumplir con esta normativa en vista de los cambios en sus sistemas de producción.

Obligar a utilizar una parte del envase para mensajes sanitarios del gobierno equivale, en la práctica, a una expropiación sin compensación (como lo exige la ley), ya que se impone la impresión de dichos textos y gráficos en sus productos en un porcentaje determinado del envase.

Esto también incrementa los costos de manufactura. En el mejor de los casos, las empresas tendrán que imprimir nuevo material de empaque. En el peor, muchas compañías con maquinaria propia tendrán que realizar costosas modificaciones en su modelo productivo, lo que no solo incrementa los costos operativos y reduce la rentabilidad, sino que también afecta su capacidad para generar empleo. ¿Realmente deseamos seguir aumentando el desempleo en el país?

Es evidente que los beneficios para la salud son cuestionables y los daños económicos son claros. 

Además, se vulneran derechos fundamentales protegidos por la Constitución Política, como la libertad de elección y de empresa; se contravienen los convenios centroamericanos sobre armonización del etiquetado de productos alimenticios; se infringen tratados internacionales que protegen la propiedad intelectual; y se violan normas administrativas y constitucionales que protegen contra la expropiación de la propiedad privada.

La imposición de etiquetas de advertencia en alimentos y bebidas preenvasados, aunque bien intencionada, no aborda de manera efectiva los problemas de nutrición y sobrepeso en Costa Rica. Es fundamental que las políticas públicas se enfoquen en soluciones integrales que incluyan educación, acceso a alimentos saludables y campañas de concientización. Solo a través de un enfoque holístico se podrán lograr cambios significativos en los hábitos de consumo y mejorar la salud de la población costarricense.


Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor y no representan necesariamente la postura oficial de Primera Línea. Nuestro medio se caracteriza por ser independiente y valorar las diversas perspectivas, fomentando la pluralidad de ideas entre nuestros lectores.

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