Economía

El Modelo de la República Checa

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RESUMEN

Con apenas 30 años de existencia, y a pesar de los múltiples retos que pueda enfrentar como sociedad, la República Checa muestra una economía próspera y dinámica, cimentada en una serie de aspectos positivos que nos deberían llamar a la reflexión. Conozcamos cuáles son.

Checoslovaquia, como se le conoció durante la mayor parte del siglo XX  a este país ubicado en el corazón de Europa, estuvo bajo dominio austrohúngaro, nazi y finalmente soviético, desde mediados del siglo XIX.

En la década de 1980, producto del desgaste del bloque del Este, se produjo la llamada Revolución de Terciopelo en ese país, la cual finalmente puso fin al régimen comunista en 1989, año en que se estableció un gobierno democrático.  Luego, en 1993, Checoslovaquia se dividió en dos países, la República Checa y Eslovaquia, con base en las fronteras internas ya reconocidas.  En este proceso, los bienes nacionales se repartieron en forma proporcional a los territorios y se mantuvo una unión monetaria y aduanera, hasta que ambos países ingresaron a la Unión Europea, en el año 2004. 

La República Checa hoy

Actualmente, la República Checa es una economía de mercado próspera y libre que cuenta con una de las tasas de crecimiento más altas de la Unión Europea  (No. 47 del mundo).  Su economía está basada en las exportaciones, sector cuyo aporte ronda el 80% del PIB.

A pesar de su adhesión a la Unión Europea en el año citado, no se ha incorporado a la zona euro, manteniendo la hegemonía sobre su banco central (BNC), y promoviendo el fortalecimiento de su moneda oficial, la corona checa.  Esto, junto con otras acciones, le ha permitido hacer frente a los choques externos y evitar contagios financieros sistémicos de la zona, como por ejemplo durante la crisis del 2008. 

Por otra parte, la economía checa muestra una serie de aspectos positivos, entre los cuales destacan los siguientes:

  • Ha mantenido un nivel de endeudamiento relativamente bajo,  que ronda el 44% del PIB.  Es importante destacar que éste es uno de los más bajos de la Unión Europea, cuyo parámetro establece que los países miembros no deben sobrepasar un indicador del 60%.
  • El PIB per cápita, que es un muy buen indicador del nivel de vida, fue de €25.850 euros, en 2022, ubicándose en el puesto 42 a nivel mundial.
  • Adicionalmente, cuenta con una de las tasas de desempleo más bajas del mundo, menor al 3%, producto de los cambios que ha efectuado en materia de regulaciones y flexibilización laboral, lo cual ha generado atracción de inversiones y ha mejorado el clima empresarial.  Todo ello ha impactado positivamente la calidad de vida de los checos, cuyo salario mínimo se incrementado en más de un 300% en los últimos años, generando, a su vez, un aumento en su poder adquisitivo en más de un 160%.
  • Contrario a la mayoría de los países del resto de Europa, que buscan cubrir sus déficits presupuestarios mediante una aumento en las tasas impositivas (generando desaceleración económica), la República Checa decidió simplificar su estructura tributaria y promover  una baja en los impuestos, estimulando a sus propios ciudadanos a producir más, y atrayendo el ingreso de extranjeros, en su mayoría trabajadores independientes o autónomos.  Así las cosas, uno de sus modelos es el llamado 60/40 que considera el 40% del ingreso como base imponible con una tasa del 15% de impuesto, lo que se traduce en un pago de impuestos de tan solo el 6% del ingreso total (aplicable a un ingreso de hasta €80.000 euros).

Al igual que el resto del mundo, este país enfrenta retos importantes respecto de la sostenibilidad del régimen de pensiones, el cual se ha visto debilitado por la carencia de relevo generacional del sistema.  Además, requiere el fortalecimiento de su sistema educativo y de salud, entre otros, y actualmente busca diversificar el sector manufacturero con el fin de basarlo en una economía de servicios y alta tecnología, de forma que se traduzca en generación de alto valor agregado. 

Los cimientos de la economía checa

A manera de resumen podríamos decir que los principales cimientos sobre los cuales se soporta la economía checa son los siguientes:

  • Responsabilidad y hegemonía sobre las decisiones en materia de política monetaria,
  • Una economía altamente dinámica, basada en exportaciones,
  • Un bajo nivel de endeudamiento,
  • Una alta tasa de ocupación (bajo desempleo),
  • Transformación del modelo de producción hacia uno de alto valor agregado,
  • Flexibilización de su legislación laboral
  • Simplificación de la estructura tributaria y estímulos fiscales.

A pesar de las múltiples áreas de mejora que enfrenta la sociedad checa, desde hace varios años su gobierno ha mostrado un interés y un compromiso genuino por establecer fundamentos sólidos para construir un país cuyo desarrollo se perpetúe en el tiempo y que pueda resistir las tendencias globalistas y las ocurrencias que puedan surgir, ocasionalmente, de los que ostentan temporalmente el poder.  

¡Algo para reflexionar!


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