Política
Gobiernos locales: desafíos ante las elecciones municipales
RESUMEN
La apatía ciudadana, la corrupción en los gobiernos locales y la necesidad de reformas que fomenten una mayor participación de la población en la vida política y social de sus comunidades son preocupaciones genuinas que deben ser resueltas por la institucionalidad del país y aquellos que persiguen alcanzar las alcaldías de sus comunidades, no solo con el fin de prevenir un abstencionismo exacerbado, sino también para fortalecer nuestra democracia.Las elecciones municipales se realizarán dentro de 3 meses y la sensación en el ambiente es de comunidades frías y apagadas, sin ningún entusiasmo por participar en la fiesta democrática por excelencia.
Nuestro país tiene un sistema bastante peculiar, con un gobierno centralizado bastante fuerte y gobiernos locales que, si bien se encargan de atender las necesidades de la población en su día a día, son débiles en la gestión y se han convertido en los últimos años en espacios de corrupción solapada y de contubernios para alcanzar algún provecho. Es notorio por eso que las personas están apartadas de las acciones que se llevan adelante en las municipalidades, desprendidos de los hechos y con cero o nula vinculación con las necesidades de sus cantones.
Se nota, además, un desinterés enorme en la participación ciudadana, en colaborar en los espacios compartidos y en asociaciones de desarrollo, lo que crea una apatía generalizada que aparta a las personas de acciones e iniciativas que permitan que las comunidades se puedan desarrollar.
A menudo se tiene una percepción equivocada debido a que se esperan acciones del gobierno central que corresponde a las municipalidades, pero si no hay una gestión adecuada, la atención de esas necesidades quedará en el aire. No es posible olvidar los últimos casos de corrupción, como el caso Diamante, donde algunos alcaldes se han visto envueltos en presuntos delitos al aprovecharse de su posición para obtener ganancias y beneficios.
Es importante reconocer que se han hecho esfuerzos para evitar caer en estos fallos y en las circunstancias de alcaldes eternos; sin embargo, hay aún mucho camino por recorrer. Se hace urgente y necesario entonces repensar cómo la incidencia política de los alcaldes y regidores impacta negativamente en las personas por cuanto se apartan de la vida social y se genera un desprendimiento y desvinculación en entornos que se hacen necesarios para el buen desarrollo de las comunidades.
También, se manifiesta la necesidad de formar políticamente a las comunidades y es justo reconocer los esfuerzos del TSE en este sentido; no obstante, será solo en las escuelas y colegios, y en los mismos partidos políticos, que esto pueda transformarse para que la participación sea más activa y haya sin duda una baja sustancial en el abstencionismo en las votaciones. Solo así, lograremos hacer de nuestras comunidades, espacios más seguros y dignos, para alcanzar una mejor calidad de vida.