Ambiente
La transición energética y la lucha contra el cambio climático
Actualmente, se observan al menos tres ‘megatendencias’ que están transformando el escenario energético a nivel mundial:
- La descarbonización de la generación eléctrica: cada vez más energía se produce a partir de fuentes renovables (no fósiles).
- La electrificación del consumo energético: fuentes fósiles están siendo remplazadas por energía eléctrica, principalmente en transporte.
- La descentralización de los sistemas: la generación distribuida, almacenamiento y otros esquemas de servicio fuera de la red impulsan la universalidad del acceso y nuevos modelos de negocio.
Estas tres tendencias favorecen un modelo de desarrollo basado en energías limpias, en el cual Costa Rica tiene una importante ventaja comparativa al contar con una matriz eléctrica prácticamente renovable, que es el principal reto para la mayoría de los países en la transición hacia una economía descarbonizada.
Según el informe “World Energy Outlook 2022” de la Agencia Internacional de la Energía, se prevé que la demanda mundial de petróleo siga creciendo levemente hasta estancarse en el año 2030. El consumo de combustibles fósiles en general (petróleo, gas y carbón) decrecerá sostenidamente desde mediados de esta década, alcanzando una reducción anual promedio de 2 exojulios al 2050. Eso equivale a un promedio de reducción diaria de 1 millón de barriles de petróleo cada año entre 2025 y 2050.
La rápida expansión de las energías renovables y sus costos decrecientes obligan a reconsiderar inversiones multimillonarias en activos e infraestructura para hidrocarburos que en pocos años podrían perder su valor y quedar obsoletos. Esto ya está ocurriendo en países que son grandes productores de gas y petróleo, como Noruega, Australia e incluso Estados Unidos, donde tanto fondos de inversión como empresas de servicios públicos están diversificando sus carteras y enfocando la mayor parte de recursos para nuevos proyectos en el desarrollo de energías renovables y tecnologías de almacenamiento. Para el 2050, se prevé que el 75-80% de la nueva capacidad instalada de energía a nivel mundial sea de fuentes renovables.
Costa Rica ya hizo esta transformación de su matriz eléctrica y, por esta razón, le lleva décadas de ventaja incluso a las economías más avanzadas. Lejos de retroceder con la adopción de hidrocarburos para la generación eléctrica, debemos reafirmar nuestro liderazgo en materia de electricidad limpia y potenciar esa ventaja con encadenamientos productivos y nuevos negocios ligados a las tendencias internacionales de transición energética.
La falacia de los hidrocarburos como medida de reactivación económica
En el siguiente gráfico, de la Agencia de Cooperación Británica UK-AID, se muestra el ciclo de vida típico de un proyecto de aprovechamiento de hidrocarburos:
- 1 a 5 años de exploración
- 4 a 10 años de avalúo
- 4 a 10 años de desarrollo
- 20 a 50 años de producción
- 2 a 10 años de cierre técnico
Estos proyectos requieren de un horizonte de desarrollo de muy largo plazo, con inversiones de cientos o miles de millones de dólares. La mayoría de las iniciativas se descartan luego de las fases de exploración o del avalúo, en las cuales se genera relativamente poco empleo y actividad económica. En Costa Rica, ese tipo de inversión solo sería posible mediante procesos de concesión que, de ser exitosos, generarían ingresos significativos hasta que se haya iniciado la fase productiva, cosa que podría tardar entre 10 y 20 años. Partiendo de que en Costa Rica habría que empezar por desarrollar el marco regulatorio y combinado con los tiempos de desarrollo de proyectos de gran escala en nuestro país, queda claro que la explotación de hidrocarburos no es la solución urgente que requiere el país para reactivar la economía, abaratar costos de producción y generar empleo.
Además de no lograr el objetivo de reactivación económica de corto plazo, no hay ninguna certeza de que la explotación de gas o petróleo sea buen negocio para Costa Rica. El sector transporte es, por mucho, el principal consumidor de hidrocarburos en el país (cerca del 80%). El consumo industrial no alcanza el 15% y el uso de combustibles fósiles para generación eléctrica es marginal. Esto quiere decir que nuestro mercado interno para hidrocarburos es muy pequeño, restándole atractivo para posibles inversionistas porque los excedentes de la producción tendrían que colocarse en el mercado internacional, donde no podríamos competir ni en precio ni en volumen contra los grandes productores.
Se pueden lograr cambios más significativos y en mucho menor plazo tomando medidas para dinamizar la inversión entorno a nuestra capacidad ya instalada de energías renovables, como tecnologías digitales de almacenamiento y minería de datos, que son sumamente intensivas en el consumo eléctrico y requieren de energía estable y de alta calidad. Costa Rica también tiene un enorme potencial para seguir creciendo en energía solar, eólica, geotermia de alta y baja entalpía, y para la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías como el hidrógeno verde y la energía mareomotriz. El crecimiento en renovables, combinado con la generación distribuida y mayor capacidad de almacenamiento, también nos obligaría a replantear la estructura de nuestros mercados energéticos, con una mejor distribución de los riesgos financieros y enfocado en bajar los costos finales al consumidor.
El liderazgo histórico de Costa Rica y la marca país en desarrollo sostenible
Costa Rica tiene una marca país envidiable en cuanto a protección del ambiente, aun cuando nos falta muchísimo por hacer a nivel interno (gestión de residuos, por ejemplo) para ser merecedores de esa fama internacional como país verde.
Apoyar la exploración y explotación de hidrocarburos vendría a manchar ese legado, significando una derrota política en cuanto a percepción pública y enfoque mediático, sin ninguna garantía de que prosperen las iniciativas para permitir el aprovechamiento de dichos recursos. Sería además una derrota política que no se justifica por vía de ganancias en otros campos, como el económico, como quedó expuesto en el punto anterior. En otras palabras, quien impulse estas medidas estaría asumiendo un enorme riesgo, en contra de la tradición costarricense, sin tener claro cuál sería el beneficio de adoptar una posición a favor de la explotación de combustibles fósiles.
Costa Rica es un ejemplo a nivel mundial de que se puede crecer económicamente y generar bienestar sin explotar combustibles fósiles, revirtiendo la reforestación y produciendo electricidad a partir de fuentes limpias. Estos son de los más grandes retos que enfrentan las economías más avanzadas para poder adoptar modelos de desarrollo compatibles con las exigencias del Acuerdo de París y otras estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático.
En un mundo en el cual los impactos del cambio climático son cada vez más evidentes y los avances tecnológicos cada vez más disruptivos, debemos apostar por seguir siendo un país innovador, sacando ventaja de las décadas que tenemos en materia de ser una economía baja en emisiones de carbono. Costa Rica debe aprovechar las nuevas tendencias y desarrollo de mejores tecnologías para reformar sus mercados energéticos, hacia modelos más dinámicos, eficientes y descentralizados. Si vamos a modernizar el modelo energético del país, debemos enfocarnos en los cambios que sí van a hacer una diferencia en reducir el costo de vida y aumentar la competitividad empresarial, sin retroceder en los logros históricos que nos enorgullecen como nación.
Pablo José Morales
abril 8, 2023 el 6:43 pm
Me parece bárbaro desarrollar energías renovables.
Lo que no veo es la relación con el supuesto cambio climático.
Roberto Salazar
abril 29, 2023 el 10:19 pm
Definitivamente tenemos que saber leer cuando nos tratan de manipular, aprender a ¡+pensar e investigar para poder llegar a una opinión basada en hechos y no en fantasías del sector progre, con las premisas que nos imponen tratan de embarcar a apoyar sus nocivas ideas de dominio de la humanidad! En términos locales, producir energía renovable es un camino ya listo, no hay ningún motivo para abandonarlo. Solamente hay que estar atentos al costo de cada tecnología.
En cuanto a producir petróleo y extraer gas natural, pues eso no va a interferir con ese camino energético!!! Pero si podríamos ganar muchísimo como país, y nos ayudaría a salir de los problemas económicos que nos agobian. Por la inversión, no se preocupen!! Sobrará quien quiera invertir!