Economía
Los modelos de vivienda de cara al futuro: alternativas legales innovadoras
Conforme la humanidad, la tecnología, la ley y los modelos sociales han avanzado, también lo han hecho los tipos de vivienda y los estilos de convivencia. Estos cambios conllevan retos para crear una regulación que asegure un balance entre el derecho al disfrute de la propiedad privada, la paz social y la oferta de vivienda digna.
El derecho a tener vivienda se encuentra regulado en nuestra Constitución Política. Adicionalmente, nuestro legislador ha introducido normativa que busca regular la convivencia dentro de los distintos modelos y estilos de vivienda tales como la “Ley General de Arrendamientos Urbanos y Suburbanos” o la “Ley Reguladora de la Propiedad en Condominio”.
Sin embargo, estos modelos no solo no son perfectos, sino que suponen retos para quienes viven en condominio, cuando se dan problemas entre vecinos o éstos alquilan o tienen su propiedad en plataformas de estadías cortas, retos que, para ser superados, requieren el voto de una mayoría calificada de los condóminos.
También los procesos con los alquileres pueden ser complicados, desde ambos puntos de vista, sobre todo cuando los contratos o las regulaciones no han sido establecidas de manera correcta.
Como respuesta a estos retos, en países como España y Chile se ha popularizado el modelo de cooperativa de vivienda, que es –como su nombre lo indica– una cooperativa cuyo objetivo social es el de proporcionarles a sus socios viviendas, locales y otros bienes inmuebles. En Costa Rica, existe ya una cooperativa de copropietarios, cuyo objeto es la convivencia con la naturaleza y en paz.
Dentro del modelo cooperativo de vivienda, todos los actores (incluidos los inquilinos) trabajan a través de procesos participativos para tomar las decisiones. En España, no existe la propiedad privada en este modelo –por lo que no se puede especular– y nadie es propietario de la unidad de vivienda, sino que es un socio más, pero que nunca podrá subarrendar o vender.
En nuestro país, habría que enfocarlo distinto, siendo que las cooperativas son “asociaciones voluntarias de personas y no de capitales(…), en las que los individuos se organizan democráticamente con el fin de satisfacer sus necesidades y promover su mejoramiento económico y social, como un medio de superar su condición humana y su formación individual, y en las cuales el motivo (…) es el servicio y no el lucro”.
Otro modelo que nuestra legislación aún no considera y del que ya existen plataformas destinadas a proporcionar servicios para regularlo es el coliving o convivencia, que como el sitio web lo define es: “un modelo de vida en comunidad residencial que aloja a tres o más personas biológicamente no relacionadas que viven en la misma unidad de vivienda, facilitada por un anfitrión profesional”. Si la convivencia en condominios es complicada, podemos imaginarnos qué sucede al interior de una casa de habitación.
De esta forma, se pasa de un modelo donde una persona o dueño de una casa de habitación o condominio, encuentra un compañero de cuarto para compartir los gastos e impone las reglas, a un modelo donde la propiedad y las reglas de convivencia son impuestas y acordadas por un tercero.
Este modelo se ha llevado un paso adelante en España, donde se ofrece como alternativa a alquilar y así tener “algo propio”; un proceso de compra similar al de un inmueble, aunque en este caso se compra solo una parte específica: la habitación y un porcentaje de las áreas comunes. La transacción se formaliza mediante una escritura pública ante notario, lo que otorga al comprador el título de copropiedad registrado.
Sin importar el modelo que se elija, lo esencial es buscar asesoramiento, conocer cuáles son las ventajas y desventajas de cada uno y contar con un documento revisado, que incluya las reglas de convivencia que estamos aceptando y que especifique, además, que las que imponemos sean legales y exigibles, con el fin de evitarnos un dolor de cabeza a futuro. Existen muchos modelos por descubrir y desarrollar, pero el éxito en el mercado lo dictará la posibilidad de convivir en paz y seguridad.