Política
Potestades de los gobiernos locales y su importancia en la gestión del desarrollo cantonal
Las municipalidades son corporaciones jurídicas estatales, conformadas por un conjunto de vecinos que habita un mismo cantón, que cuentan con patrimonio propio y capacidad jurídica para ejecutar sus funciones. En Costa Rica existen actualmente 84 cantones. Cada cantón cuenta con su respectivo gobierno local o municipalidad, integrado por los siguientes representantes de elección popular:
- Alcalde
- Vicealcaldes
- Regidores propietarios
- Síndicos
- Intendentes
- Concejales municipales de distrito
Los gobiernos locales se rigen por el Código Municipal, que les otorga potestades para decidir sobre aspectos muy variados, por ejemplo:
- Proponer a la Asamblea Legislativa proyectos de ley para la fijación de tarifas de impuestos a cobrar por los servicios municipales y para el desarrollo del cantón.
- Crear reglamentos no solo para uso interno de la municipalidad, sino también relacionados con los servicios que ofrece a los ciudadanos, por ejemplo planes reguladores.
- Administrar y prestar los servicios públicos municipales (entre ellos el ornato y aseo del municipio), así como velar por su vigilancia y control.
- Celebrar cabildos o referéndums (con el apoyo del Tribunal Supremo de Elecciones).
- Crear convenios con instituciones públicas nacionales o internacionales, o bien, con otras municipalidades para el desarrollo de proyectos de interés para el cantón.
- Facilitar y administrar espacios públicos de interés como plazas de deportes, parques, bibliotecas, cementerios.
- Ejercer labores preventivas de seguridad.
- Nombrar las juntas administrativas y de educación de las escuelas y colegios del cantón.
- Designar beneficiarios de becas para estudio.
Es notorio que las municipalidades tienen un alcance mucho mayor al cobro de impuestos territoriales y la recolección de basura. Estos son pequeños gobiernos con mucho poder de decisión sobre el entorno inmediato y en los que los habitantes pueden influir directamente.
Politólogos como Gustavo Araya Martínez han mencionado que para el buen funcionamiento de una municipalidad se requieren, primordialmente, los siguientes aspectos:
- Recursos económicos. Se obtienen a través de la recaudación de impuestos.
- Participación ciudadana. Es vital para que las autoridades puedan tener mapeadas las necesidades de su cantón y puedan responder a ellas adecuadamente, para identificar riesgos potenciales (ya sea de seguridad u otro orden) y, por supuesto, para el control ciudadano en pro de la rendición de cuentas sobre cómo se gestionan los recursos.
- Contar con personal y representantes con las capacidades requeridas para el ejercicio de sus cargos, en el ámbito político, administrativo-financiero y legal, según sus funciones.
Sin embargo, los ciudadanos deben preguntarse si realmente se aprovecha la oportunidad de tener injerencia sobre las decisiones que toma el cantón. El alto porcentaje de abstencionismo en las votaciones municipales sugieren que no es así. Según el informe Elecciones Municipales en Cifras 2002-2020 del Tribunal Supremo de Elecciones, en el 2020, si bien hubo una mejoría significativa en comparación con el 2002, el porcentaje de abstencionismo fue superior al 60 %.
Otro aspecto para considerar es la involucración en la gestión del municipio más allá de participar en las elecciones municipales. Algunos medios posibles para lograrlo son:
- Comunicarse con el síndico del distrito para darle a conocer algún proyecto particular que sea de interés de la comunidad. También esto se podría hacer en el marco de una reunión de vecinos.
- Asistir a sesiones de comisiones de trabajo permanentes de los municipios para conocer los proyectos en desarrollo, por desarrollar e intercambiar ideas.
- Participar en sesiones del Concejo Municipal del cantón en que se habita, considerando que en su mayoría son abiertas al público, para conocer las decisiones que se toman y los planes de trabajo que tienen o se ejecutan.
En resumen, las municipalidades son gobiernos locales con potestades que les permitirían lograr mayor desarrollo en sus comunidades en ámbitos como la infraestructura, el ornato, la salud, la protección del ambiente, el apoyo al deporte, el arraigo cultural, el desarrollo comercial, entre otros aspectos. Por lo tanto, los ciudadanos deben garantizar que la representación en ellas sea considerada por aquellas personas con planes de trabajo orientados en esa dirección (de allí la importancia de conocer los programas de gobierno que proponen los candidatos) y que tengan las mejores competencias para ejercer sus funciones.
Los habitantes de un municipio pueden incidir en las decisiones y el curso del desarrollo de la comunidad, probablemente en mayor medida de lo que imaginan, lo que se requiere es interés, información y comunicación con los representantes locales. Por último, si se desea una municipalidad funcional, hay que tener presente que el alcalde (figura equivalente a un presidente) es el ejecutor de los proyectos aprobados por el Concejo Municipal (conformado por los regidores, que son una figura equivalente a los diputados), por lo que si bien es importante que este último ejerza control político, sus representantes también deberán estar alineados con la visión de desarrollo de la comunidad, si el objetivo es que los proyectos finalmente se ejecuten para el beneficio de todos.