Historia

Primero de Mayo: Menos discursos, más libertad para trabajar

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RESUMEN

El 1° de mayo debería ser una oportunidad para reconocer que todos los que generan valor —desde el agricultor hasta el emprendedor— son trabajadores. Pero en lugar de facilitar, el Estado pone barreras que frenan la productividad. Si queremos progreso real, hay que cambiar el enfoque: menos trabas, más libertad para crear, invertir y aportar.


Este 1° de mayo es feriado nacional no solo por ser el Día del Trabajador, sino también porque, en 1857, los filibusteros se rindieron en Rivas. Desde 1858, por disposición del presidente Juan Mora Porras, esta fecha se conmemora como símbolo de esa victoria. 

Un evento clave para la soberanía de Costa Rica que pocas veces se recuerda, pero que nos enseña que la libertad —como el trabajo— se defiende con hechos, no con discursos.

Hoy es también un buen momento para hacer una reflexión profunda y actualizada sobre el valor del trabajo en Costa Rica. En lugar de caer en el relato añejo de trabajadores enfrentados a empresarios —donde estos últimos son presentados como los villanos— conviene revisar esa narrativa.

¿Qué es el trabajo?

Es toda actividad física o intelectual orientada a la producción de bienes y servicios que sostienen a la sociedad. El trabajo no es exclusivo del asalariado: también producen quienes emprenden, quienes arriesgan su capital, quienes generan empleo. Todos ellos contribuyen a la riqueza del país. El producto interno bruto —ese indicador que nos mide como economía— es la suma de sus esfuerzos.

Costa Rica ha sido ejemplo de transformación. Pasamos de una economía agrícola en 1948, a una industrial en los años 60, y en los 90 nos integramos a los servicios gracias al auge tecnológico. Sin embargo, nuestra legislación laboral y nuestro aparato estatal no acompañaron esa evolución. Mientras el mundo cambió, nuestras normas y trámites se quedaron estancados en los años 50.

El Estado se volvió una trampa para quien quiere producir

Hoy abrir un pequeño negocio es un calvario. Lejos de facilitar, instituciones como la CCSS, el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Salud obstaculizan con papeleos innecesarios, criterios subjetivos y cargas que encarecen la producción. 

Se habla de solidaridad estatal, pero ¿es solidario asfixiar al emprendedor con trámites, requisitos y multas?

Es cierto que se requieren normas mínimas para evitar abusos, pero esas reglas no pueden convertirse en obstáculos insalvables para generar empleo. Porque si nadie se atreve a dar trabajo, ¿de qué sirve toda esa legislación tan bien intencionada pero tan poco realista?

Ese emprendedor, que muchas veces empieza solo o con dos o tres colaboradores, puede ser el origen del bienestar de varias familias. Pero el Estado le impide crecer. Le cobra caro, lo vigila como sospechoso, lo obliga a invertir más tiempo en llenar formularios que en vender o innovar.

¿Qué hacer?

  • Digitalizar los trámites: no para modernizar el papel, sino para eliminarlo. La digitalización reduce la discrecionalidad, elimina la corrupción y hace innecesario al funcionario que decide según su humor del día.
  • Aprovechar la inteligencia artificial, que ya está lista para automatizar procesos y facilitar la vida de quienes quieren producir.
  • Copiar lo que funciona: en Nueva Zelanda se abre una empresa en horas. En Estonia, en minutos. ¿Por qué no adaptar esos modelos a nuestra realidad?

Basta de estudios, comisiones y diagnósticos.

La OCDE ya nos dijo dónde estamos y qué nos falta. Lo que hace falta es decisión. Porque el mundo no espera. Si no reformamos nuestro Estado, si no facilitamos la producción, si no entendemos que todos los que trabajan —asalariados, emprendedores, empresarios— son parte del mismo engranaje, Costa Rica se quedará atrás.

El trabajo es libertad, es creación, es progreso. 

Hoy más que nunca debemos reivindicarlo en todas sus formas, sin prejuicios, sin ideologías que dividan a quienes deberían remar en la misma dirección.


Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor y no representan necesariamente la postura oficial de Primera Línea. Nuestro medio se caracteriza por ser independiente y valorar las diversas perspectivas, fomentando la pluralidad de ideas entre nuestros lectores.

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